domingo, 21 de octubre de 2012

Por hoy

Afortunadamente sigue la vida, como una lagartija que cae del techo al suelo, y me ubica.

Estos días de ciudades pequeñas, de frío y calor, y excesos de calor, de caminar calles nuevas y escuchar acentos distintos, de regresar a lugares conocidos de volver a hospedarme en hoteles abandonados, de memorias de guerra, de chicos de calle y chicos de mansión, de revisiones de historias que me han dado tanto que contar y a la vez me han llenado de un silencio sepultural, estos días en que no sé decidirme y por eso me lanzo.

Han sido días de olvidarse del re-corrido y enfocarse en el andar. He optado por perderme por gusto, sólo así he dejado de tener problemas con las direcciones.

Ando tranquila, porque no cargo con nada ni siquiera con nadie ya, por suerte en los últimos días me peso menos, y aunque la balanza diría lo contrario, me importa muy poco, soy conmigo como siempre he sido, una mujer panza afuera.

Me levanto y me acuesto liviana, recorro los mercados, me siento debajo de un árbol a llorar con un libro, soy esta mujer que camina al lado de un perro invisible  que le ha vuelto a mover la cola a la vida, por hoy.