jueves, 13 de noviembre de 2014

Se acerca el 15 de Noviembre


A mí me hay dos cosas que me desestabilizan como ninguna. Hoy quiero hablar de una: Las mudanzas.

Tratando de llamar a un rinconcito mi hogar, me embarga la ansiedad como ninguna, al final descubro que siempre lo que hay que dar es un paso, dar el paso dar el paso, dar el paso. Soy una mujer caminante, así es como he andado la vida, pero me da miedo, y quiero decirlo porque no es bueno que una se esconda en lo que que quiere ser o la gente imagina, me da miedo caminar y decidir. En las mudanzas en particular me da miedo, porque es cuando me me salen las cosas que menos me gustan de mí y de las que reniego: la inseguridad, la chineazón (quiero que mi mamá o que ALGUIEN  resuelva por mí), la inmadurez, la obsesividad, la impulsividad y la dependencia.

No es novedad, frente a una desición ¿Quién está seguro-a? Las-los decididos! Yo no soy una de esas. A menudo esa palabra está mi boca, trabajo para que la gente comprenda que de las crisis se sale sólo así, decidiendo, doy talleres sobre eso, pero nunca estoy más endeble y más frágil que cuando me toca decidir. Las desiciones importantes me desbaratan.

Agradezco enormemente a quienes me ayudan a dar el paso, pero al final el paso lo doy yo y para eso no hay remedio. Soy una mujer que toma desiciones, con miedo, con mucho mucho mucho, miedo, pero lo hago. Las personas que más me gustan en la vida son las decidas, incluso miro con un poco de envidia a quienes hoy viven en Barcelona, mañana en París, dentro de 3 meses en Singapur. Yo todavía no soy tan libre, pero al menos me mudo de un lugar a otro como los caracoles. Hoy día, se agradece el accionar.

Me voy a vivir a una casita con un balcón de madera abierto que da a unas plantas, a un lugar seco, cálido, lleno de maderita justo como lo pedí. Además cerca de todo, muy cerca de todo. Puedo ir a mi trabajo caminando, al supermercado caminando, a la feria caminando.

Hace tiempo no sentía la emoción de las cosas, me había distraído, entonces es un regalo emocionarme por decorar, acomodar, pasar de lugar chunches, así sea que los primeros días soy como un gato, que no quiere salir de su cuarto, tengo la sospecha que en este lugar no será así, he venido varios días antes a sembrar o sólo a sentarme en el piso vacío de la casita, esto es una buena señal.

Hace unos días se me nublaron los ojos porque en 95.5 sonó esta canción de Ismael Serrano https://www.youtube.com/watch?v=P2P04dkrjTY y era justo el día en que yo me estaba replanteando esto de la soledad.  Y hoy amanezco riéndome de mi drama.

No estaré sola katha ayudándome a empacar, no estaré sola Esteban CH da la lección más importante para mi indecisión : "ya no le dé más cabeza, cuando sea el momento, en el último minuto decidirá y será lo mejor", no estaré sola Back viene con una gripe a estornudar  junto a mí que también estoy destrozada por una gripe satánica, no estaré sola Esteban y Cin arreando muebles y desclavando puertas, No estaré sola Marce: un vino y un incienso. No estaré sola Dani: ha sonado el celular....no estaré sola Machito me dedica horas enteras en pinterest buscando cómo podría decorar, No estaré sola...Esther: deshierbar y sembrar no estaré sola...estas y otras personas esenciales están.

Si hay algo que puedo contar como activo tesoro son aquellos que permanecen, que no condicionan, que acuden sin ser llamados, que saben tomar distancia pero también acuden con sus presencias cuando se les requiere.


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martes, 11 de noviembre de 2014

Nombres impropios


"Qué adelantas sabiendo mi nombre, cada noche tengo uno distinto"
Joaquín Sabina

Hay días en que siento que no soy quien soy. Y no es trama existencial, es puramente nominal.

Afortunadamente soy solo la repetición de una historia de vida de alguien más.

Su verdadero nombre era Lizzie Douglas. De pequeña trabajaba cantando en las calles de Memphis para recibir algo de dinero, y adoptó el nombre de Kid Douglas, ella, Memphis Minnie.