jueves, 13 de noviembre de 2014

Se acerca el 15 de Noviembre


A mí me hay dos cosas que me desestabilizan como ninguna. Hoy quiero hablar de una: Las mudanzas.

Tratando de llamar a un rinconcito mi hogar, me embarga la ansiedad como ninguna, al final descubro que siempre lo que hay que dar es un paso, dar el paso dar el paso, dar el paso. Soy una mujer caminante, así es como he andado la vida, pero me da miedo, y quiero decirlo porque no es bueno que una se esconda en lo que que quiere ser o la gente imagina, me da miedo caminar y decidir. En las mudanzas en particular me da miedo, porque es cuando me me salen las cosas que menos me gustan de mí y de las que reniego: la inseguridad, la chineazón (quiero que mi mamá o que ALGUIEN  resuelva por mí), la inmadurez, la obsesividad, la impulsividad y la dependencia.

No es novedad, frente a una desición ¿Quién está seguro-a? Las-los decididos! Yo no soy una de esas. A menudo esa palabra está mi boca, trabajo para que la gente comprenda que de las crisis se sale sólo así, decidiendo, doy talleres sobre eso, pero nunca estoy más endeble y más frágil que cuando me toca decidir. Las desiciones importantes me desbaratan.

Agradezco enormemente a quienes me ayudan a dar el paso, pero al final el paso lo doy yo y para eso no hay remedio. Soy una mujer que toma desiciones, con miedo, con mucho mucho mucho, miedo, pero lo hago. Las personas que más me gustan en la vida son las decidas, incluso miro con un poco de envidia a quienes hoy viven en Barcelona, mañana en París, dentro de 3 meses en Singapur. Yo todavía no soy tan libre, pero al menos me mudo de un lugar a otro como los caracoles. Hoy día, se agradece el accionar.

Me voy a vivir a una casita con un balcón de madera abierto que da a unas plantas, a un lugar seco, cálido, lleno de maderita justo como lo pedí. Además cerca de todo, muy cerca de todo. Puedo ir a mi trabajo caminando, al supermercado caminando, a la feria caminando.

Hace tiempo no sentía la emoción de las cosas, me había distraído, entonces es un regalo emocionarme por decorar, acomodar, pasar de lugar chunches, así sea que los primeros días soy como un gato, que no quiere salir de su cuarto, tengo la sospecha que en este lugar no será así, he venido varios días antes a sembrar o sólo a sentarme en el piso vacío de la casita, esto es una buena señal.

Hace unos días se me nublaron los ojos porque en 95.5 sonó esta canción de Ismael Serrano https://www.youtube.com/watch?v=P2P04dkrjTY y era justo el día en que yo me estaba replanteando esto de la soledad.  Y hoy amanezco riéndome de mi drama.

No estaré sola katha ayudándome a empacar, no estaré sola Esteban CH da la lección más importante para mi indecisión : "ya no le dé más cabeza, cuando sea el momento, en el último minuto decidirá y será lo mejor", no estaré sola Back viene con una gripe a estornudar  junto a mí que también estoy destrozada por una gripe satánica, no estaré sola Esteban y Cin arreando muebles y desclavando puertas, No estaré sola Marce: un vino y un incienso. No estaré sola Dani: ha sonado el celular....no estaré sola Machito me dedica horas enteras en pinterest buscando cómo podría decorar, No estaré sola...Esther: deshierbar y sembrar no estaré sola...estas y otras personas esenciales están.

Si hay algo que puedo contar como activo tesoro son aquellos que permanecen, que no condicionan, que acuden sin ser llamados, que saben tomar distancia pero también acuden con sus presencias cuando se les requiere.


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martes, 11 de noviembre de 2014

Nombres impropios


"Qué adelantas sabiendo mi nombre, cada noche tengo uno distinto"
Joaquín Sabina

Hay días en que siento que no soy quien soy. Y no es trama existencial, es puramente nominal.

Afortunadamente soy solo la repetición de una historia de vida de alguien más.

Su verdadero nombre era Lizzie Douglas. De pequeña trabajaba cantando en las calles de Memphis para recibir algo de dinero, y adoptó el nombre de Kid Douglas, ella, Memphis Minnie.


viernes, 5 de septiembre de 2014

Diario de la Viajera. Cumplir 30 en Europa. Parte 2.

Se acabó la semana de terror... la cerramos con un baile en un bar underground, literalmente debajo de un puente. Una salsa me da la seguridad necesaria para comunicarme, todos los chamacos están en un círculo y entro yo haciendo la clave: chá chá chá-cháchá, todos me siguen con sus palmas y luego el cuerpo hace lo suyo 1..2..3...567 1,2,3 567, derecha, adelante, atrás...up, rigth, left, turn on...qué mejor forma de cerrar que bailando.

Bélgica: Luego vino Amberes y Gante. Cuando alguien decía Bélgica recuerdo que no sé por qué yo me imaginaba puras figuras pequeñitas y gatos estampados en cuanta cosa hay, y así es. También está lleno de construcciones góticas y las casitas, todas en filas al lado de un canal, estoy en Bélgica.


En Amberes hay un puerto donde sentí el frío más odioso de todos los días, también hay edificios lindos y callecitas angostas. Y un cielo gris que le da esa elegancia a la gente y sus abrigos que comienzan a asomarse aunque sea verano. Rescato la paciencia y generosidad de una tica que vive allá que me atendió de maravilla y hasta me tomó fotos con su tableta, no nos conocíamos, me recibió en su casa y se portó conmigo como si me conociera de años, esa es la maravilla de la calidez y solidaridad latinoamericana que no cambio.

Aquí por fin pude andar en bicicleta a lo Europeo, conociendo parques bellísimos con laguitos y patos, comí waffle reflepleto de crema y nutella sin remordimientos, tomé cerveza riquísima, entré a iglesias que para mí son Museos, quedé con la geta abierta viendo las cúpulas y las esculturas que es una de las cosas que más disfruto en los viajes. Aquí la imaginación se da gusto volando hacia la edad media, imaginando quién vivía en esos castillos, qué ropas usaban, cómo se manejaba la economía. Son las cosas que se veían en Estudios Sociales en la escuela y que yo no vengo a entender sino hasta ahora que veo esto y puedo imaginar. El cierre de bélgica fue la visita a una tiendita de bromas y jueguetes de magia en Gante donde quise todo como una chiquita....

Casi me deja el tren. Me bajé una estación antes y luego tuve que tomar otro tren que ya iba en movimiento y que estaría en la estación en 5 minutos, 3 minutos antes de que saliera el tren hacia París. Todo lo demás fue correr en círculo dentro de una estación, subir y bajar gradas y pedir un milagro.Cuando llegué el tren apenas iba llegando, se retrasó 2 minutos. El milagro estaba hecho.

Francia:  Posteriormente vino París, creo que nunca he caminado tanto......kilométros de kilómetros y sólo poder decir en cada esquina ¡QUÉ LINDO ES PARÍS! Aquí también tuve la compañía de un amigo que ya es todo un parisino y que es por mucho el mejor guía turístico que pude tener, en 2 días conocí lo que hubiera sido imposible sin su ayuda. París para mí es el colmo del derroche. Es una ciudad adorno, pero por otra parte, e asoma entera otra realidad. La migración de personas africanas por todos lados intentando sobrevivir, es el mismo panorama que en centroamérica, ventas ambulantes, gente tratando de hacerse una vida lejos de su casa, muchos niños y niñas africanos en el metro hablando en su idioma y llorando suavecito para no molestar. Andar con miedo a la delincuencia. La mayor muestra de esto fue el día que en las afueras de la galería la Fayette, donde se encuentran las principales tiendas de marca que una ve en las revista Vogue, un par de policías persiguen a un hombre con turbante que se ha robado algo y corre a toda velocidad esquivando a los que caminan, me pasa al lado y me deja el corazón latiendo nervioso y dolido. Esto es el mundo. Una construcción rodeada de luces, bañado en oro, Dior, Givenchy, Prada Jimmy Cho, zapatos de mil, bolsos de 2000 euros, mientras afuera, la otra París, una estatua humana corriendo porque ha robado algo. Y yo asustada, pensando en mi lugar seguro de turista que mira esto y se encoge, pesando mis contradicciones.

Cansada, con ganas de caer muerta en una acera del cementerio más grande que he visitado, el Père-Lachaise donde está entre otras, la tumba de Edith Piaf, Jim Morrison, y Oscar Wilde y donde por cierto coincidí con una tica amiga mía que andaba de paseo ¿Qué probabilidades hay de encontrarse a una amiga en un cementerio de París? Termina mi travesía por París.

Nota al pie: la tumba de Wilde está llena de besos, la de Jim Morrison llena de pulseras hippies y la de Edith Piaf sólo tiene una pluma, que una muchacha que camina pesada le dejó para agradecer  la enseñanza acerca de la levedad de la vida, que ella con una de sus interpretaciones le enseñó.

Adentro del cementerio ya es otoño, me dice Camilo que allí siempre está más frío que el resto de París y que las estaciones siempre llegan más pronto. Como la muerte.

Camilo me enseña a cantar Je ne Regrette Rien en los metros y en las calles. Puede sonar cliché, pero esta canción lleva muchos años de acompañarme, y aunque en este momento todavía no logro cantarla con propiedad, quiero algún día poder decir  en francés o español desde el fondo de mi corazón "No, nada de nada, no me arrepiento de nada".

Regreso a Amsterdam: Angustia, felicidad desbordante, asombro, instrospección. Mañana salgo hacia Costa Rica con una maleta a la que sólo le queda 1 rueda, una mochila inmensa y un bolso. Prómetome una vez más la próxima viajar más liviana. Tengo 30, ya debería de ser hora de irme cumpliendo mis promesas.
Es de noche y hay una cena en casa de mi jefa y su pareja, el tema de conversación son las etapas de la vida, sus amigas de 40 preguntan cómo se viven para nosotras los 30 y que esperamos dentro de 10 años. Yo sólo alcanzo a decir, que a los 30 todo toma perspectiva, nada es "demasiado" determinante, pocas cosas causan sobresalto, porque por fin se ha entendido que todo pasa.

Mi otra yo, la mutista selectiva contesta para sí mientras bebe de un trago todo el vino de la copa "Dentro de 10 años espero estar serena con lo que soy y con lo que he alcanzado, conservar al menos 2 amigas con las cuales reir recordando aventuras pasadas, compartir compañía con un hombre de corazón noble y espíritu libre y finalmente, espero tener muchas menos expectativas".  Me veo otra vez apagando las 3 velas del pastel de cerezas con que me cantaron cumpleaños  y amarrándome en el pie el brazalete de lembraca do senhor de Bahía que me regaló doña Inge de la tiendita del mundo.

Con mis recuerdos yo prendí el fuego...


https://www.youtube.com/watch?v=7I7u_XLtFa0

domingo, 24 de agosto de 2014

Diario de la viajera. Cumplir 30 en Europa. Parte 1.

Este año ha sido intenso y extenso. Cada mes es una viñetita que habla de experiencias que me han estremecido, desde el cuerpo hasta el último recoveco de esta alma vieja,  que cumple mucho más que 30. 

El pensamiento obsesivo que me ha acompañado estos últimos días es mi dificultad con los idiomas.  Y lo he dejado ser, he dejado que me quite el sueño, que me enfurezca, que me paralice. Porque estoy resuelta a hacer algo con esto es que necesito vivirlo intenso, sólo así podré desenmascararlo completo. Mientras tanto, el drama.

No tenía planeado lo del viaje, como no planeo casi nada desde aproximadamente hace 4 años. No creo que haya una razón particular  o acaso es que no la he detectado, el caso es que llevo unos años en que no respondo acerca de mis metas, mis aspiraciones o los planes de qué haré con mi vida. Que alguna vez soñé con viajar, claro que sí, pero no fue sino hasta aquel diciembre cuando las cartas del tarot me arrojaban aviones por todo lado, cuando supe que podía desear esto intensamente, e intencionarlo. A los 2 meses se dio lo de trabajar para la Fundación, tener un puesto en el Departamento Internacional, trabajando con jóvenes en 4 países, en metodologías relacionadas con la memoria y los Derechos Humanos. Esta sin duda es una de estas cosas que agradezco que el universo haya decidido por mí.

Vuelvo al punto, el viaje.

Los 20´s había que abandonarlos como corresponde, con las ingenuas ideas de que se domina todo cuando no se sabe casi nada, con intrepidez y falsa seguridad. Así las cosas, probé el vértigo de irme a andar por otros países, con otros idiomas, con otras comidas y otras culturas y me fue muy bien y me fue muy mal. ¿Qué decir? Los primeros días fueron un desastre y los siguientes mejoraron. Resumen del viaje: estoy de regreso, sana y salva, con algunas historias que contar.

El día antes de irme Back me citó para darme una libreta de viaje con unos mapitas afuera, si yo no escribía y si no buscaba aprenderme el orden de los países que visitaría, era una guevonada. Tampoco la llené, por lo que esto es apenas un punteo personalísimo de mis días, más que una guía de viaje, es mi registro del paso por esos lugares y mis sensaciones al respecto, nada literario por cierto, pero sí muy lleno de honestidad.


Amsterdam: El país de los canales y las flores en las ventanas... Es verano, pero llueve todos los días y hace siempre frío. Todo el mundo anda en bicicletas que es el medio de transporte además de los trenes que atraviesan la ciudad. Asisto como participante experta de una Conferencia Internacional de Juventudes, con chicas y chicos provenientes de 27 países del mundo. También tengo agendadas algunas reuniones con compañeros de trabajo para hablar sobre el avance en ciertas metodologías en los países y proponer cambios para el nuevo componente de AF Ambassadors que derivará de la conferencia.

Todo es en inglés y empieza mi historia de terror. Realmente inició un mes antes cuando tomé la desición de recibir clases intensivas de inglés, 4 horas por día, todos los días para no ir muy perdida. Una profesora más o menos paciente me acompañó en la tarea de no verme como una idiota cuando me saludaran en inglés o cuando me preguntaran cómo iban las cosas en centroamérica. Ensayé mucho, tuve una tremenda porra de gente que me chateaba en inglés y que me mandaba canciones. Le dediqué 2 hora diarias a un programita de idiomas de esos que destesto.

Pero seguía insegura y no hubo nada que lograra hacerme quitar esa sensación. Mucho menos los consejos. Lo que menos quería es que la gente me recomendara ejercicios de actitud, de lectura, de escucha. Hice lo que pude. No más. Tanto así que el último día en una comidita con gente cercana antes de irme, les pedí a mis amigos cercanos que no tuvieran mucha expectativa conmigo y el inglés, que mejor no me dijeran que lo iba a lograr, que se me soltaría la lengua ya estando allá, que se ahorraran esos augurios de libro de autoayuda. Mi verdad es que estaba aterrada por lo que me esperaba y no quería que la expectativa de regresar a contar la mejor historia al estilo de que me eché el best speach forever me recargara aún más. Además tengo una encomienda: revelar al fantasma, dejarlo chingo hasta que se muera de la verguenza y desaparezca. O whatever.

Me siento intesamente inestable. Días de Jet Lag que no me dejaban dormir antes de las 3 a.m., cada día igual, tratando de entender lo que decían todas las personas de la conferencia, sintiéndome pésimo, porque me atacó la inseguridad como nunca, entonces me rondaba como mosquitos la idea que la mayoría de personas que estaban ahí tenían en promedio entre 17 y 20 años y todos, absolutamente todos hablaban fluido inglés y yo apenas podía decir Thank you! What is your name? Where are you from? I am fine!  You are welcome! I From Costa Rica. Yes, the World Cup! No, Costa Rica is not an Iland! Yes, it rains every day! Sorry I don´t speak english very well! Can you repeat me, please! Sorry I dont speak....Can you repeat slooooowwwlyy please!

Así pasaron los días, con la cabeza atolondrada y en blanco, sin mucho o casi nada por decir y muy poco que aportar.... en resumen: sintiéndome mensa y media. Lo más díficil fueron quizás las reuniones con mis compañer@s de trabajo, del trabajo que más he amado y del que he sacado más aprendizajes en mi vida, 2 años y medio que contar se quedaron mudos y yo ahí fuera de lugar.  Las reuniones las terminé con la sensación de cuando una está frente a un exámen oral para el que se ha estudiado pero del que no recuerda nada, sintiéndome como la nueva en el aula que sale corriendo apenas suena el timbre para no ser abordada. Esto del idioma es un tema que se ha empeñado en ahogarme, y ya no tengo duda que merece una revisión mucho más profunda que mis escasos recuerdos intentando explicar la aversión.

A eso sumarle que tenía la cabeza y el corazón hechos un puñito, pensando en mi sobrino Aaron, mi hermana y su familia que pasaban una de las situaciones más delicadas que nos ha tocado atravesar. A Aaron lo operaron 2 veces de la cabeza, en el transcurso de 22 días. Los días en Amsterdam se pasaron esperando buenas noticias de mi sobrino, confiando en que Dios, que para mí es sinónimo de amor y el amor, la fuerza más milagrosa, haría de este momento un aprendizaje importante para todos, especialmente para mi hermana que estaba resistiendo como una guerrera, confiando en que la frase de que lo que más importa es la salud y la vida y que lo demás es accesorio, sea una convicción que de ahora en adelante acompañe a toda mi familia.

Es mi cumpleaños, l@s chic@s de la conferencia me lo cantan en sus idiomas y yo quisiera poder entenderles y decirles gracias a cada un@ en su lengua. ¡Gracias, thank you so much! Apago las velitas. Tengo ganas de llorar, no es novedad. Intento sobrevivir en este lugar con naturalidad, pero me siento como un venado asustado en media calle.

Acabo el día cenando en un restaurante mexicano y llendo a dormir temprano, que para los horarios de Amsterdam son las 12 medianoche. Si algo he constatado de mí, es que nunca he logrado ser una embaucadora gracias a mi ojos. Por ahí se me sale todo, todo. Es así como en la noche, Nati, quien ha sido mi paciente compañera de viaje y de habitación, me desatora haciendo la pregunta más inocente ¿Usted llora Noemy? 

Son las 3 a.m. mientras termino de contarle a lágrima viva a Nati porqué casi no. Salen en forma de gotita algunos de mis temores y culpas, esas cosas que aparecen como saldos pendientes cuando la realidad me choca de frente y me doy cuenta de lo importante que era hacer algunas cosas antes de cumplir 30: hablar otro idioma, nadar, saber tocar un instrumento, haberme ido a otro país unos meses. Nati es muy paciente, me escucha y trate de entender cuando le cuento dónde estaba yo en el tiempo de las pasantías, de irse a otro país y aprender su idioma, de hacer intercambios. Le digo que pese a esto estoy agradecida, pero que el agradecimiento no remueve la tristeza.... y sigo llorando. 

NUNCA ES TARDE....YO LO SÉ Y LO PROMULGO, PERO esta vez sí es tarde, son las 3 am y dentro de unas horas estaré sitiada por 80 vocecillas, vendrá Valerie de nuevo a pedirme cosas hablando en inglés veloz, se acercará el chico Francés más tímido de la conferencia y me sonreirá a medias y se quedará a la par mía en silencio un rato y no podré nisiquiera decirle "yo estoy tan asustada como vos" o contame cómo es París.

Todos los días al amanecer, Pepe me da los buenos días y me hace cuenta regresiva de los días que faltan para que termine la conferencia. No recuerdo haberle compartido nada del drama que estoy viviendo, pero tengo un par de delatores.

Durante la conferencia, una cámara de fotos es mi tabla de salvación, me encomiendan la tarea de registrar el encuentro en fotos, es así como paso 10 horas del día intentando captar imágenes para mandarlas tomorrow a Valerie quien todos los días se acerca a pedirme cosas que no logro descifrar, pero que asumo que son fotos del evento. La conversación termina cuando yo balbuceo "Yes, sure, tomorrow". La ventaja de tomar fotos es que uno no sale en ellas, y eso fue también aliviante porque nunca me sentí parte de este maravilloso y entusiasta grupo que tiene energías para cambiar el mundo. Yo también pensé que era posible cambiar el mundo. Pero lo pensé en español.

A Amsterdam quiero volver en otras condiciones. Con los ojos de par en par y no a media asta, con la cabeza menos despistada y el fantasma superado.

Alemania: Hay lugares que nos llevan a la infancia, ese fue Monschau. Es un pueblito medieval con casas viejísimas pintadas todas iguales, las puertas de las casas son chiquititas porque las personas en aquel momento no eran muy altas y las ventanas están llenas de flores. Monschau es un rompecabezas dice Nati, y esa observación me hace sentirme dentro de uno de 5 mil piezas que se armaban en familia.

Esta fue quizás la parte más linda del viaje. Quizás porque empezaban mis vacaciones, no tenía que hacer esfuerzos por entenderle a nadie ni por parecer enterada, además estaba con amigas. No recuerdo haberme divertido tanto en tan poco tiempo, el cuarto de infancia de Ana es todo lo que cualquier niña interior desearía, allí sólo pude ser feliz y sentirme dichosa, me disfracé de la época medieval, me tiré de una pendiente en patineta, salí una mañana fría armada de abrigo y gorro con la abuelita de Ana a recoger moras, arándanos y frambuesas, monté en zancos, comí comida hecha con amor de mamá alemana, brindé con un familia a la orilla de una chimenea...lo mejor de todo fue poder hacer esto en compañía de de dos cómplices, juntas formamos un trío más divertido que las hienas del Rey León. 

También visitamos Colonia, con la Catedral más impresionante que haya visto. Colonia lo hacemos de pasada pero es un momento bueno para respirar y sentirse a salvo.

Finalmente cerramos con Bonn, donde está la tienda de las famosas gomitas Haribo. Es el paraíso de los chamacos, allí se enuentran gomitas de todas las formas, sabores y tamaños. En la noche fuimos a un barcito de un chico ecuatoriano, pues los amigos de Ana le harían una fiesta de bienvenida. La mayoría de sus amigos hablan español porque se han venido a hacer trabajos o pasantías en México o El Salvador, entonces se puede conversar fluído. Allí mismo en el bar coincidimos con una chica Portuguesa que está hecha un puño en una esquina, tomando un té. Nos cuenta que está haciendo una pasantía y que está harta. No habla Alemán, está lejos de su familia y en Bonn no pasa nada. Quiere que pasen cuanto antes los meses para regresar a su país. Nos agradece que le hablemos en español, porque aunque ella no habla este idioma, al menos entiende un poco y no le da miedo intentar hablarnos. Me conmueve y pienso para mí, que siempre las cosas pueden ser peor.

En todos los lugares me acompañó la felicidad. Me reí mucho. Me gusta acompañarme de gente con la que no sólo me pueda reir sino también que se rían conmigo. Ana y su mamá nos van a dejar a la estación, por error les dijimos una hora que no era y nos dejó el tren, pudimos resolverlo gracias al Alemán que hace los reclamos más consisos y fuertes que cualquier otro idioma, nos devolvieron la mitad del dinero y compramos otro boleto. Las tragedias se viven mejor acompañada.

domingo, 20 de julio de 2014

Errores

Releyendo a Ángeles Mastretta "Los ausentes  siempre se equivocan"

Pensar que en algún momento, hemos sido o seremos ausentes...

sábado, 12 de julio de 2014

Boleros


Cuando uno baila un bolero le está diciendo un poema en la oreja al otro, es quizás el único momento en que la letra de las canciones importa, está ahí la oportunidad de suspirarle todas las ideas que le cruzan por la cabeza a una oreja que está completamente conectada con la historia que ambos están viviendo.

Cuando usted baila un bolero irremediablemente vendrá el momento en que rozará la pierna del otro, esto pasará muchas veces, pero si por suerte ese roce coincide con el final de la cuenta cuatro que es cuando el mundo se detiene para que usted dé el siguiente paso, y resulta su pareja de baile le toma más fuerte por la espalda, es lo más cercano a un milagro, casi decir, una reanimación cardiopulmonar.

 Así las cosas: ¿Quién se puede resistir a un bolero bien bailado?

El bolero no se baila con cualquiera, yo he bailado boleros con varias personas, y siempre lo he disfrutado unas veces más que otras, pero ay el día que baile un bolero de verdad con ESE hombre imaginario que estoy conservando para cuando vieja.

Todo se dispersará, el viejo y yo comenzaremos a ascender hacia la gran pista donde nuestros trajecitos brillarán como los de algunos que se dejan ver en por las noches cuando usted vuelve a ver hacia arriba.

domingo, 20 de abril de 2014

Amanece ya sin vos

Para Gabriel García Márquez, en secreto

Buenos días, Gabriel

Tres poetas en uno / semillero 
de tantos más / tu ánima insumisa 
se topó con la muerte en su pesquisa 
y la puso a cuidar tu invernadero 
especialista en empezar de cero 
detonaste la bomba de la risa 
sin Dios, sin espejismos y sin prisa 
perro viejo / filósofo / ingeniero 

fiel a tu gente / a Amparo / y a ti mismo 
a pesar de tus ráfagas de triste 
te encaraste jovial con el abismo 

hombre en medio del mundo y hombre a solas 
junto al mar fuiste humilde y escribiste 
simplemente / las olas son las olas.


Mario Benedetti

viernes, 4 de abril de 2014

Océanos



Tus ojos son las olas
espuma de noche
tus ojos
caída libre a lo profundo
de ese precipicio- que sos a veces-


Sumergida
como quien llega a lavarse el mundo
todo se disuelve
en tus ojos
multitud de aguas que se juntan

Las lágrimas que contenés
y las que has dejado ser
están aquí para mí
que me faltan casi siempre
como el mar

El mar
que alborota
consume
y arrulla
todo cuanto ahoga




miércoles, 12 de marzo de 2014

Sloppy

Producto de la medicina china, ayer regué toda la casa.

El acupunturista pinchó la cubierta que retenía el  pozo. En instantes estaba ahí el mareo, la nausea y luego el llanto.

Regreso a casa y todo fue llorar. Llorar mientras abría la puerta, llorar mientras me quitaba los zapatos, llorar mientras me ponía la pijama, llorar al lavarme los dientes, llorar y llorar cuando me pasaba el desmaquillante en los ojos, llorar apagando la luz, llorar acostándome. Llorar cuando entró el mensaje de mamá diciendo "estoy haciendo canelones". Llorar porque seguro a Oliverio Girondo también lo punzaron con una aguja ahí mismo, llorar más y más.

Amanece. Me arden los ojos. Siento dolor de estómago, no quiero levantarme y de lo único que tengo ganas es de llorar..Veo el teléfono, mensajes de quienes son mis amigos ahora y que ostentan esa suerte de suponer o sensoriar eso de que conmigo algo no anda bien, ensayo un mensaje para contestarles a todos y en vez de parecer grave resulto sonando cursi, un desastre, lloro y lloro, mejor apago el celular. Me levanto a prender la computadora, llorando envío un mail al trabajo "Tomaré 4 días de vacaciones, regreso el lunes".

Salgo a regar las plantas, lloro encima de la sábila. Entro a la casa y suena el teléfono que nunca suena, es ella y dice que está afuera. Hace que no me ve las ojeras, me comienza a hablar de las presas, del abogado, de los 32 grados que hacen allá abajo, y cosas como esas.

Entra en mi cuarto, omite los parchonazos de rimmel en el colchón, se sienta en la orilla, me mira y dice "saque ese labial que se compró". La vuelvo a ver incrédula, quiero llorar, los ojos se me empiezan a llenar un poquitito, voy, abro la maleta aún sin deshacer, saco el labial color buganvillea, imposible de ponerse. Me dice que me siente, me pone lo pone en los labios, me dice que me cambie la camiseta y que salgamos a hacer un mandado.Obedezco, camiseta y lentes oscuros.

Me lleva al supermercado, compramos frutas. Espiamos ofertas. Me viene a dejar. Un abrazo y hasta luego. Toca ir por su hijo.

La vida, esa cadena de conexiones pequeñitas, insospechadas, esas personas que están ahí adivinándote un labial, conteniéndote las lágrimas. Cierro este post, llorando.

viernes, 28 de febrero de 2014

Milton

Cuando la Rabia consumió a Milton, él estaba seguro que había que hacer un entierro.

Cavó un hoyo en la tierra, hondo, hondo.... hondo como su deseo de venganza que tenía nombre, fecha, hora, rostros arebatados y responsables identificados. Papá inconsciente en el suelo, mamá golpeada, hermanos torturados, hermana ultrajada, muerta. Todo como un flashback frente a sus ojos. Un día de diciembre. El día de su cumpleaños. Todos los días de su cumpleaños. Miedo fuerte, impotencia gigante, permanente impunidad.

Milton se metió en el hoyo. Se acostó en él durante algún tiempo, y ya cuando  había tomado la decisión de darle el último adiós a esa cinta dolorosa, enterrarse por fin con su tristeza, Milton decide cambiar el rumbo.

Su venganza, fue demostrar que la voluntad resiste a todo, incluso a la muerte y que la memoria por más que dolorosa, no debe ocultarse nunca, porque es diciendo las violencias, las traiciones, los dolores, como en un mundo de amnésicos, poco a poco, el recuerdo repara.

Su papá había dejado algunos almácigos listos para ser transplantados. Milton hizo una tregua con la muerte y decidió plantar tres: uno de tomates, uno de naranjas, uno de frijoles pintos, uno por cada muerto, uno por cada desaparecido. "Vivirán o habré perdido mi tiempo" y fue con su rabia ya enterradita que Milton descubrió su propio milagro.

De la rabia germinaron tomates, naranjas y frijoles pintos. Cada año Milton se disponía a cosechar los frutos producto del terror con una necesidad de justicia tan rotunda y la esperanza de que poco a poco el dolor mute en algo mejor.  Está seguro que una vez que logre contar su historia algo germinará. De repente, en quienes le escuchamos el coraje nos brota como una matita.

Milton, tu historia es semilla que me crece dentro. A tu historia, regada con tus lágrimas y las de todos nosotros le han nacido retoños, sos un árbol fuerte que ampara mi propia historia, historias como la tuya y la de cientos de troncos sabios que generosos me la comparten como vos, sostienen mis raíces.

De vos aprendí que cada cada vez que esté triste, puedo sembrar algo. Lo sembraré esperando ver cómo de mí brotan tiempos mejores, con paciencia veré crecer algo distinto al dolor, cultivaré la tierra y los frutos de ese tiempo me curarán. Te recordaré siempre que siembre, Milton, y agradeceré tu secreto compartido. Tus reflexiones sobre lo que cura la tierra son mi inspiración, tus palabras se quedarán conmigo para siempre, nunca pude decírtelo de frente porque al conocer tu historia, al igual que vos, yo también perdí la voz, pero hoy te lo escribo, y te dedico la canción de la escritora de décimas por excelencia. Para vos, maravilloso jardinero, cultivador de milagros, escritor de décimas:

La Jardinera

miércoles, 15 de enero de 2014

Juan Gelman

Muere Juan Gelman y yo me muero por un ratito. Su valentía y coraje, hacían que aún cuando hablara de exilios, dictaduras, desaparecidos y muertos, siempre abundara el amor y como el amor es una cosa de casi todos, yo lo sentía cercanísimo. Para mí Gelman fue el compromiso de recordar siempre a mis muertos, de validar la nostalgia, de hacer públicos mis más íntimos noelismos tal como cuándo él gelmaneaba palabras como "ellaba" "apenumbrar" "desamaste" "amiguear". 

A Juan Gelman le agradezco la tarea de apalabrar mediante sus poemas la vida, que a veces, con contextos totalmente opuestos, una sentía que era su propia vida diciéndose en libros. Lo mismo me pasó con Mario Benedetti era el abuelito que siempre quise, que siempre tenía por decir cosas de abuelo que sabe.

Cuando me preguntan por mis muertos digo, sin entrar en detalles, que se me murió un mejor amigo de infancia, un tío que fue el tío de todos los niños pobres de mi barrio, una abuela Paz, quizás un gato, varios cantores y ahora, dos poetas. Y la muerte de todos no puedo decirla, ni siquiera escribiendo, entonces son muertos siempre pues soy incapaz de volverlos a la vida ni aún con palabras. 

Así es que cuando ellos me asaltan el día, únicamente salen silencios en estado acuoso por los ojos, resuenan en la nariz y  se explican a la gente con la palabra "alergia". De la muerte de Mario, la fortuna fue comprender que cuando no hay excusa, el dolor se dice callando.

"Hace falta valentía para internarse en sí mismo sin miedo a descubrirse ni temor para romper las propias inseguridades y zozobras en un mundo que no cesa de atacar el ser humano diariamente. El poeta se explora por y para todos, y en esa exploración mueren y nacen vidas". Gelman

Con Juan yo nací y  morí, tanto que me desmayé en el bus justo cuando entraba la noticia a mi celular.  ¿Qué otra cosa merecería un hombre que le llenó a una la vida de palabras necesarias? Merece apagarse por al menos 5 minutos y nostalgearlo. Guardar silencio, apagar las voces externas y concentrarse sólo en la voz de aquel señor viejito leyendo el poema Mujeres. Porque yo siempre me creí esa mujer.