viernes, 15 de mayo de 2015

Vértigo


Hoy cumplo 7 días seguidos que tengo el mismo sueño recurrente. Se me caen todos los dientes, uno a uno, en el mismo momento. Es una angustia indescriptible con la que me levanto, que sólo quienes han soñado con esto o con el famoso precipicio donde se caen hasta despertarse, saben cómo se siente.

Obvio que mi (de)formación me obliga a buscar interpretaciones del sueño, que superen a Freud y Google. Lo más sencillo sería pensar que tengo miedo a exponerme, que atravieso la crisis de los 30 donde estoy preocupada por mi apariencia, enlazarlo a algo sexual o recurrir a la infancia.

Pero no es posible que estos 5 años de leer y leer y leer y aprender sobre lo manifiesto y lo latente y sobretodo, estos 30 años donde he aprendido a encararme y a escucharme hasta decirme la verdad y nada más que mi verdad, no sirva para nada.

A lo que vengo: que hoy se me ha develado el misterio gracias a una foto.

"Digánle que no puede hacer algo para que al menos lo intente"

Para alguien que sufre de vértigo como yo, subirse a algo que supere los 3 metros de altura, llámese gradas eléctricas, aviones, juegos mecánicos, árboles, parapentes, estructuras de piedra, pisos números 3 de edificios, etc. es impensable. Y da la casualidad que por fortuna de la vida o por simple reto siempre me veo envuelta en situaciones donde tengo que enfrentarlo, o al menos intentarlo, aunque me cague del miedo siempre digo: allá voy. En este caso, más que desafiarme a mi misma, todo se resume a simple curiosidad de cómo se ve todo desde arriba. Yo sé cómo se ve todo, se ve como una mierda, como el fin del mundo, como un infierno grande que espera verme resbalar. Lloro, me arrepiento, pero siempre tengo que subir. El miedo no lo supero, pero me supera la sensación de sentir que pude hacerlo.

Este año voy cuesta arriba con 2 cosas importantes que había dejado rezagadas por mucho tiempo, cuestitas que siempre dije que debía de subir, una por pura necesidad y la otra por puro placer, pero en ambas es que de sólo pensarlo me mareaba. Decisiones post puestas por años, donde el común denominador era la inseguridad, sentir que no piso terreno firme, que me alejo de mi zona de confort o que estoy llendo demasiado lejos con algo que a simple vista parece una locura.

No contenta con levantarme sientiéndome chimuela por una semana, me ronda la cabeza otro proyectito de altura, el miedo a caer seguro vendrá a botarme los dientes, pero espero saludarles desde lejos con una sonrisa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario