viernes, 17 de junio de 2011

advertencia

Ay muchacho, llega usted en el momento en que no soy alegre ni coqueta, ni buena anfitriona,ni me paso de la raya.
Llega usted a esta cocina de huevo frito y arroz.

Antes aquí se cocinaban ricas pastas, berenjenas adornaban esa palangana vacía, a veces hasta horneaba pan con aceite de ajonjolí, queso, tomate y orégano. No, no pasó nada extraordinario. Nada particular que quiera relatar.

Le advierto que no soy buena conversadora, no tengo tema últimamente. La verdad tampoco soy buena escuchadora, francamente mis oídos y mi interés han cedido voluntariamente a distorsionar cualquier asomo de conversación que ronde los siguientes temas: quejas de injusticia laboral, realidad mundial. Rollazos de infancia, que no aprendí a decidir. Que el que era un divino resultó ser un pelele y ella prefirió a ese pelele, fin de semestre. Día del padre Ausente, cojo y nada más, esto es lo que tengo para ofrecer. La mierda del ice-kolbi y las que esperan llamadas al día siguiente. No la quiero, bueno realmente quieromuchoperonoquieroestarconellaaunqueellaquierayyolaquieraunpoco,%RRRXXXGGHJKLLLLloFgfdfds-......... Va usted a perdonar.

Y antes de que una amiga, que hace las veces de mamá contando las anécdotas incontables lo haga, le adelanto que a eso de las 11 pm los párpados me empiezan a pesar 8 kilos y medio cada uno y que la conversación en su momento más cúspide, la birra recién abierta, el vino a la mitad, usted rozándome el muslo mientras me habla y me ve a los ojos con cara de borrego... Nada me detiene, lo siento, me largo a dormir.

Sí, tengo un gato. Me lleva la contraria. Nos llevamos más o menos, en realidad desde que entró en su etapa adolescente vivimos en un puro pleito de gata y gato. Nos desafiamos mutuamente, nos detestamos cuando alguno llega a usurparle la cama al otro. La verdad es que apenas nos aguantamos.

Sí ahí está. Sí, es huraño. En honor a la verdad antes era amigable con los hombres que venían, bastó que llegara uno y lo hiciera su amigo para que se despichara. Fueron dos meses de esconderse detrás de las paredes y de dar saltos. Un día sin avisarle, lo dejó mamando, el pobre no comió en un mes de pura decepción y bueno, mi gato no cree más en hombres. Fin de la historia.

No, no vaya a hacerle cariños, que es bravo. Muerde y aruña, llevo 3 meses de no desparasitarlo. Ni de domesticarlo, exacto.

No, no tengo intenciones de tener algo serio con alguien. No, tampoco algo no serio. En realidad ahorita estoy en estado de reposo, es decir, soy un bostezo y van a ser las 11.

Quiere irse de una vez o prefiere que lo siga echando?

1 comentario:

  1. Cómo usted me cercena mi derecho al anonimato, y como no hace gracia que le mande el comentario por email en vez de por este canal.. Tons ni modo, heme aquí.. terriblemente aludida... Primero, las mamás no cuentan las anécdotas tan divertido, cabe decir!! y de la frase histérica chorreada en un soplido ni se diga nada, que bastante café nos ha tomado ya... Y esto me recuerda "Sesenta y ocho consejos útiles para que te quedes sola"... tome: http://www.youtube.com/watch?v=a5iq6uqn5hA La dejo a solas, permiso...

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