viernes, 19 de abril de 2013

Fetiches

Aún no he regalado su camiseta favorita, no ha pasado ningún indigente, ni usted, aunque mis amigos insistan en que usted ya pasó, refiriéndose a que usted ya debería de ser pasado. Sin embargo, eso sigue estando tan poco claro para mí como lo que dice su camiseta negra. El otro día la estuve explorando, descubriendo por qué le gustaba tanto. Tiene una letra china o japonesa, lo que sería la S o la CH del superhéroe o su antítesis, nomenclatura de villano. Trato de leer el garabato como quien entiende de fuerza (la camisa) como quien le lee el pasado a alguien a través de las líneas de su pecho. Sostengo su camiseta extendida mientras repito en voz alta su última retahila, monumento a su alegre siempre decir con muchas palabras
nada. Su camiseta está en mi mesita de noche debajo de 2 o 3 libros, lleva 3 meses y 14 días de ser mi lectura de quedarme dormida. Comienzo a soñar y todo lo que sigue, son cosas que no existen.

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